Medir el voltaje del sensor de oxígeno es clave para evaluar la eficiencia de la combustión y detectar fallos en sistemas de inyección, con rangos entre 0.1-0.9 V (conventional) y 1.5-4.5 V (wideband).
Medir la resistencia del inyector es fundamental para diagnosticar fallas, optimizar el rendimiento del motor y prevenir daños costosos.