La marcha mínima del motor es el régimen de revoluciones que debe mantener el motor cuando está encendido pero sin acelerar, como sucede en un semáforo o en condición de estacionamiento. Desde el punto de vista técnico, este valor permite que el motor se mantenga estable, sin vibraciones ni apagados, aun cuando no existe demanda directa del acelerador. En la mayoría de los motores modernos, la marcha mínima del motor se sitúa normalmente entre 800 y 900 RPM, aunque este rango puede variar según el diseño, la cilindrada y la carga de accesorios.
La marcha mínima del motor no es un valor fijo e inmutable, sino el resultado de una estrategia de control de aire cuidadosamente gestionada por la ECU. Cuando el sistema de admisión pierde precisión, ya sea por suciedad, desajustes mecánicos o acumulación de residuos, la ECU deja de controlar con exactitud el caudal mínimo de aire, provocando inestabilidad en el ralentí, apagados inesperados o RPM excesivamente altas.
¿Qué es la marcha mínima o ralentí del motor?
La marcha mínima, también conocida como ralentí, corresponde a las revoluciones mínimas necesarias para que el motor se mantenga en funcionamiento sin carga de aceleración. Técnicamente, este régimen debe ser suficiente para sostener la combustión estable, la lubricación adecuada y el funcionamiento de accesorios como el alternador, la bomba de dirección o el compresor del aire acondicionado.
Cuando la marcha mínima del motor se encuentra correctamente regulada, el vehículo responde de forma suave al engranar cambios, no presenta tirones y mantiene un consumo controlado. Cualquier desviación sostenida de este valor es una señal clara de un problema en el control de aire o en el sistema de admisión.
Control de la marcha mínima en cuerpos de aceleración mecánicos
Función de la válvula IAC en el ralentí
En los cuerpos de aceleración mecánicos, el control de la marcha mínima recae sobre la válvula IAC (Idle Air Control). Esta válvula permite el paso de una pequeña cantidad de aire a través de un conducto bypass que rodea la mariposa cerrada. La ECU envía pulsos eléctricos a la IAC para desplazar un émbolo con punta cónica, abriendo o cerrando el canal según las condiciones de operación.
Mediante este ajuste continuo, la ECU compensa variaciones de temperatura, cargas eléctricas y demandas momentáneas del motor, manteniendo estable la marcha mínima del motor incluso en arranques en frío o al activar el aire acondicionado.

Efectos de la contaminación en la válvula IAC
Cuando la válvula IAC se contamina con depósitos de carbón y vapores de aceite, pierde su capacidad de regulación fina. El resultado son síntomas claros: el motor tiende a apagarse al encender accesorios, las RPM no se elevan cuando deberían o, en el extremo opuesto, el ralentí se mantiene excesivamente alto. En esta etapa, el problema no es electrónico, sino mecánico, asociado directamente al control de aire.
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Marcha mínima en cuerpos de aceleración electrónicos
Control electrónico del ralentí sin IAC
En los cuerpos de aceleración electrónicos no existe válvula IAC. En su lugar, un motor eléctrico DC integrado mueve directamente la mariposa para regular el caudal mínimo de aire. La ECU calcula el ángulo exacto que debe adoptar la mariposa para sostener la marcha mínima del motor en función de múltiples sensores y condiciones operativas.
Cuando el cuerpo de aceleración electrónico está contaminado, la mariposa no alcanza la posición esperada. Esto genera exactamente los mismos síntomas observados en sistemas mecánicos: ralentí inestable, apagados o RPM elevadas. La diferencia radica en el tipo de actuador que realiza el control.
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Importancia del mantenimiento y la limpieza
En estos sistemas, la corrección adecuada consiste en realizar una limpieza cuidadosa del cuerpo de aceleración con productos específicos, evitando forzar la mariposa de forma manual. Un procedimiento incorrecto puede dañar el motor interno o alterar el aprendizaje de la ECU.
Reset y reaprendizaje de la marcha mínima
Después del mantenimiento, es necesario que la ECU vuelva a aprender la posición base que le permite mantener entre 800 y 900 RPM estables. Este proceso, conocido como reset o re-aprendizaje de la marcha mínima del motor, puede realizarse mediante procedimientos manuales en sistemas con IAC o utilizando un escáner OEM en cuerpos de aceleración electrónicos.
Tal como lo explican nuestros instructores automotrices en Auto Avance, este reaprendizaje es clave para restablecer el control preciso del ralentí y evitar diagnósticos erróneos relacionados con sensores o módulos que, en realidad, funcionan correctamente.