Transmisión CVT se basa en un sistema de poleas variables conectadas por una correa o cadena metálica, lo que permite una variación continua de relaciones sin escalonamientos. Este diseño optimiza el régimen de revoluciones del motor dentro de un rango infinito de relaciones, mejorando la eficiencia del combustible y el confort de conducción.
La computadora de la transmisión (TCM) monitorea parámetros cruciales como la velocidad del motor y la carga del vehículo, ajustando las poleas para maximizar eficiencia o rendimiento según el modo de conducción seleccionado. Comprender el principio de la transmisión CVT es esencial para prevenir daños y prolongar su vida útil, especialmente en los sistemas más avanzados que emplean una cadena metálica de empuje.
Cómo funciona la transmisión CVT
El funcionamiento de la transmisión CVT se basa en dos poleas cónicas de diámetro variable: la polea impulsora, conectada al motor, y la polea conducida, acoplada al eje de salida. Al acercarse o alejarse los conos móviles en cada polea, varía el radio de la correa o cadena metálica que transmite el par motor. Este mecanismo permite ajustes infinitos de la relación de transmisión entre los límites de diseño, eliminando saltos de cambio y manteniendo el motor en su régimen óptimo.
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Polea impulsora y polea conducida
La polea impulsora modifica su diámetro efectivo al ajustar sus conos móviles según la señal de la TCM, que evalúa la velocidad del motor y la demanda de aceleración. De forma inversa, la polea conducida adapta su diámetro para mantener la tensión de la correa o cadena, asegurando un acoplamiento continuo y suave entre ambas poleas. En vehículos modernos, muchas CVT utilizan una cadena metálica de empuje en lugar de la tradicional correa trapezoidal de goma, mejorando la durabilidad y la capacidad de transmisión de par.
Rol de la computadora de transmisión (TCM)
La TCM actúa como cerebro del sistema de transmisión CVT, procesando datos de sensores de velocidad, temperatura de fluido y posición del acelerador. Con base en estos parámetros, ejecuta algoritmos que determinan el ajuste preciso de las poleas para alcanzar el balance ideal entre eficiencia y rendimiento. Además, la TCM puede modificar sus estrategias según modos de conducción como Eco, Normal o Sport, adaptando la respuesta de la transmisión CVT a las preferencias del conductor.
Mantenimiento y prevención de daños en la transmisión CVT
Para evitar daños en la transmisión CVT, es fundamental seguir el plan de mantenimiento recomendado por el fabricante, el cual incluye reemplazos periódicos del fluido de la TCM y la revisión de la tensión de la correa o cadena. Un fluido degradado puede afectar la hidráulica interna y el rendimiento de la TCM, mientras que una correa o cadena desgastada incrementa la probabilidad de deslizamiento y fallo prematuro.
Inspección del fluido y la correa o cadena
Se debe verificar el nivel y color del fluido de la transmisión CVT cada 30 000 km o según las especificaciones del fabricante. Un fluido limpio y con viscosidad adecuada garantiza el correcto funcionamiento de los actuadores hidráulicos. En paralelo, inspeccione visualmente la correa o cadena metálica en CVT avanzadas, buscando señales de desgaste, estiramiento o grietas que comprometan la transmisión del par motor.
Actualizaciones de software y reprogramación de la TCM
Las actualizaciones de software de la TCM pueden corregir estrategias de cambio y mejorar la gestión de la relación de transmisión. Es importante realizar escaneos periódicos con herramientas de diagnóstico automotriz para detectar códigos de error relacionados con la computadora de la transmisión CVT y proceder a la reprogramación o calibración según la recomendación del fabricante. Tal cual como hemos visto en nuestros cursos de Auto Avance, una TCM correctamente calibrada extiende la vida útil del sistema y mejora la experiencia de conducción.